Nosotros queríamos hacer una obra de bicicletas. Todos nos movemos en bici y pensamos que es algo más que un transporte. Es una manera de ser consecuente con el respeto al medio ambiente, al cuerpo, al resto de ciudadanos y una buena forma de mantenerse activos e independientes.
Un día Aurora fue a un taller de bicicletas de su barrio, es pequeño, barato y el chico es encantador. Le dijo que le gustaba mucho su taller, y que si le importaría si iba algún día a grabar allí para la obra. Le preguntó que qué iba a hacer con el vídeo, y estuvieron charlando. Ella le contó nuestras ideas y él le habló de un señor muy especial: el tío Pep.
El tío Pep vivía un antiguo barrio de pescadores de Valencia (el Cabanyal). Trabajaba y vivía en un taller de bicis, llamado Villa Quitapenas. Era conocido por todo el barrio y gran parte de Valencia por su creación de bicicletas extravagantes y sus críticos carteles que acompañaban siempre a sus bicicletas, que solía sacar a pasear en ocasiones especiales como por ejemplo, manifestaciones.
Algunas de las anécdotas de este personaje son, por ejemplo: que no les cobraba a los niños si se arreglaban ellos mismos la bici. También era conocido como “el mejor centrador de radios de Valencia”. Y es que ese fue uno de sus principales inventos: Un día, un chico llegó al taller con una moto que había sufrido un accidente, la rueda estaba abollada. Al Tío Pep eso le dio una idea: construir bicicletas con las ruedas excéntricas. Colocaba el eje de la rueda, desplazado del centro de la rueda; con lo que al pedalear, la bicicleta subía y bajaba. Con este sistema creó “la bici barco” con la que surcaba el asfalto. Y “la bici caballo”, que llevaba a la iglesia para bendecirla el día de San Antonio.
Muchas historias encierra este personaje, entre cordura y locura, siempre optimista, creativo, coherente y honesto. Demostrando con su modo de vida que el mundo puede ser diferente.
Cuando conocimos su historia, supimos que habíamos encontrado el título para nuestra obra: «Villa Quitapenas”.